Se han publicado (con horas de retraso) las nuevas tarifas de último recurso. El resultado de la subasta, con variaciones no muy grandes, se ha "estropeado" por el aumento del sobrecoste de los servicios de ajuste (más del 12% del precio de la energía) y los perfiles de consumo.
Esto ha dado lugar a un incremento de los términos de energía, ya que el coste de la energía es el 60% aproximadamente del término de energía de la TUR.
En definitiva, los consumidores habituales verán aumentada su facturación alrededor del 3,5% respecto del mes pasado, aunque la variación, en lo que va de año, no es tan importante, o puede ser incluso negativa.
Eso sí, aquellos consumidores que tienen consumos nulos o muy pequeños si habrán visto aumentar su facturación, debido al fuerte incremento de los términos de potencia en agosto.
Las tarifas con discriminación horaria se ven ligeramente perjudicadas, sin que dejen de ser interesantes para aquellos consumidores disciplinados que consumen más de la mitad en horas valle.
Los consumidores acogidos al bono social no notarán, de momento, los cambios. Y en cuanto a los consumidores en mercado libre habrá que estar a las condiciones de su contrato, que a veces toma como referencia las tarifas reguladas.
Un aspecto importante en cuanto a la evolución anual es el aumento importante del término fijo, acompañado de disminuciones de los términos variables, lo que es una señal negativa para el ahorro y eficiencia energética. No es que no fuera necesario aumentar los términos de potencia, es que se han aumentado por encima de lo que sería razonable. O equitativo. O justo.
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